Sequía divina
Recurro a la sinceridad anunciando el paso de mi corazón.
Nunca supe mentir. Nunca supe ser quien quería ser. Recurro a la bondad
alimentando mi interior. Iluminando los espacios que parecen plagados de
oscuridad. Nunca supe distinguir lo verdadero. Recurro a la inseguridad para
aceptar que no soy tan fuerte. Nunca supe esperar algo de la vida. Recorro a la
historia para adivinar que todo cuesta un esfuerzo. Nunca supe aceptar la
magia. Ni olvidar lo vivido. Ni perdonar los errores. Recurro al espacio que se
sitúa entre mi pecho y mi abdomen. Nunca supe ahogar mis penas. Recurro a mí.
Nunca supe aceptar los privilegios de la vida de los demás. Nunca supe caminar
los pasos que elegí. Se anestesiar los dolores con una plaga de inquietudes que
no me dejan dormir. Nunca supe calmar mi insomnio. Me percato y me confieso
intolerable. Nunca supe ver las cosas
tal cual son. Me percato y me confieso hipócrita. Nunca supe aceptar la
imperfección. Allá voy, con el alma a los pies de cualquier situación. Nunca
supe convertir, siempre me costó el gol en el amor.
Regalame un sol.